26.09.2009 A 70 millas del final

27 septiembre 2009 a las 12:01 | Publicado en Diario de a bordo | 1 comentario
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Quedan pocos días para llegar a Barcelona. Hay alegría pero también tristeza. Finalizamos sin calcetines para empezar un futuro un tanto incierto. Hablamos con los más cercanos y no siento que estén llenos de energía ni veo un sentimiento o una visión positiva hacia este país. Se contagia.
Ya estamos en Roses. Mañana iremos con los amigos de Joan Antoni a desayunar pescado frito y vino blanco. Hace años que tienen esta costumbre y recuerdo con melancolía y envidia sana, cuando Robert nos lo contaba en sus mensajes. Y ya ven, aquí estoy preparada para desayunar yo también mañana. El tiempo siempre tan implacable y cuadrado de miras. Pero de momento, esta noche iremos a cenar con el mismo que me hacía crecer los dientes, con Ana Mari y la hija de ambos, Joanna. Gente sencilla, amable, cariñosa y amiga de sus amigos que, durante todos estos años, han estado con nosotros ayudándonos cuando los hemos necesitado. Son personas que junto a otros, nos han ayudado para llegar hasta aquí y cumplir el sueño más importante de mi vida: haber circunnavegado el planeta tierra.

13.02.09. 15:30

13 febrero 2009 a las 10:14 | Publicado en Diario de a bordo | Deja un comentario
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Hoy día 13 después del desayuno, vemos que estamos casi a tocar de un barco. Situamos defensas e intercambiamos comentarios con la pareja del otro barco. Nos entendemos. Me voy a lavar ropa. Hay unos módulos con duchas y grifos para ello. Cuando entro, todos los hombres me miran. Estoy compartiendo grifos con duchas en un país musulmán. Siguen mirando pero yo los ignoro. Me pongo de espaldas a ellos y empiezo mi trabajo que me supondrá al menos dos horas. Llego al barco, cuelgo la ropa y llega la arena del desierto. En media hora, ropa, cubierta y todo el Talula, están impregnados de una pátina rosada que me hacen pensar que todo el trabajo no ha servido de mucho. Intento no darle más importancia. Yo misma, me doy la bienvenida al desierto. Creo que esto será lo normal hasta que lleguemos al Mediterráneo.

14.04.2007 Cruzando el Pacífico

14 abril 2007 a las 18:35 | Publicado en Empezamos | 1 comentario
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Ya vamos a por el día 19. Muchos días en donde la cotidianidad en alta mar se empieza a notar. Acabo mi última guardia de 3 a 6am. Me levanto a las 8. Desayuno a base de tostadas, pomelo y café con leche. Jota ya está en la rueda de los navegantes a través de la radio. Ayer hubo un caso médico: dolor persistente en el lado izquierdo del abdomen. La enfermera de «alta cualificación», así la definió el controller de la rueda, dijo que había suerte ya que el dolor no era en el lado derecho. Luego yo me puse a pensar en ello; en lo que sucedería si a 1500 millas del punto más cercano a tierra, me cogiera apendicitis: chungo. Los únicos que podrían ayudar son los otros barcos y no sé si alguno llegaría a tiempo. Material médico tenemos pero dudo que la operación pudiera ser un éxito y si por el caso más remoto lo fuera, después habría que enfrentarse a una posible infección.
Total, que por la noche (el mejor momento para que aparezcan los fantasmas), ya me dolía el lado derecho del abdomen. Ataque hipocondríaco total. Muchas horas para poder dejar en marcha tú imaginación y sobre todo, tús miedos.
Paro la locura momentánea. Me he ideado una manera: aparece en mi mente las secuencias a modo de escenario. Llego yo y con las manos, empujo el escenario negativo y dejo paso a imágenes fantasiosas que al menos tranquilizan el alma. Cuando noto que el corazón palpita con normalidad y la sudoración en las manos ha desaparecido, vuelvo a la realidad. Me concentro. Oigo el mar pasando por debajo del Talula.
Y así pasan los días, esperando que los alisios del sur se establezcan para hacer buenas singladuras y mientras tanto, leemos, escribimos, miramos guías del Pacífico para establecer un calendario y como no, cocinamos. Vital para la mente y el cuerpo aunque lo fresco ya empieza a desaparecer visiblemente.
Las redes están casi vacías y en la nevera casi puedes hacer eco. Empezamos a improvisar en el insustancioso mundo de las conservas. En estas horas de letanía, las comidas son también recuerdos memorables: la fabada de Montse, el conejo a la cazuela de mi madre o la paella Set Portes a la que me invitó Carlitos antes de abandonar BCN por segunda vez, vienen una y otra vez a la memoria de mi paladar como diría Vázquez Montalbán.
Y por lo demás, horas al timón y Suri, desesperada cada mañana para hacer su ronda por la cubierta y engullirse a todos los peces voladores que han quedado atrapados en el Talula. Y por las noches, guardias de 2 y 3 horas, controlando las velas y los cambios constantes del viento y buscando focos de luz en el horizonte ya que hemos avistado pesqueros de gran tonelaje que emiten una luz tan fuerte que a muchas millas de distancia se pueden ver. En plena noche y en medio del océano, la piel se estremece ante la visión de esos temibles depredadores que pescan impunemente con redes kilométricas y de las cuales, no me gustaría vernos atrapados.
Besos desde 8º 37 minutos Sur y 119º con 17 minutos Oeste,
Laura

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