cinco años sin calcetines

Y…

Ya llegamos.

Ya reímos y lloramos.

Ya nos emborrachamos y ya, más o menos, estamos.

Sólo queda deciros que una vez esté instalada en tierra y con la cabeza situada aquí, me pondré a trabajar en este blog para darle una forma que ha durado 5 años tanto con escritos cómo con fotos.

Así que nada, quién lo desee y le apetezca saber más de lo que ocurrió antes de empezar en Maldivas, aquí estaremos.

Y cómo dicen los dibujos animados de la Warner:

Esto es todo amigos

Se me olvidaba decir que el viernes por la noche, el Club de Mar del Port Olímpic, nos agasajó con un trofeo por estos cinco años navegando y con una sardinada y «ron cremat» que nos hizo dormir a gustito.

Gracias Club de Mar!!

Desde la sombra

Me permito colarme en el espacio que han ido ocupando Laura y Joan Antoni estos meses porque simplemente, no puedo evitarlo. Soy Elena, parte del equipo de tierra.

Hace … no sé, ¿ 5 años? que con más o menos regularidad pero siempre con un vuelco de emoción, han aparecido e-mails en mi buzón con este remitente: Talula – EB 7638

“Joder, ya era hora que dieran señales” o “uff, a ver qué les habrá pasado a estos locos ahora” o “mmh, por el título veo que siguen peleándose con ..x…” son cosillas que se me cruzaban por la cabeza antes de lanzarme a abrir los e-mails para leer crónicas, comentarios, mecagoendéus y anécdotas para partirse de risa. Muchas otras veces, recorría las líneas con el corazón encogido, otras con una alegría desproporcionada (sí, soy de las que lloro con lo que me llega al alma), otras con una preocupación de «madrequenoloes» y la mayoría de veces, con una mezcla de orgullo, envidia sana y admiración.

Así se puede entender que seguramente tenga que iniciar una cura de desintoxicación por no encontrarme este remitente en mi bandeja de entrada. Y me echaré unas lagrimitas. Me queda ese huequito que no van a llenar con líneas de arial 10. Pero joder, no tengo palabras para decir con cuánta emoción espero ver esas aventuras brillar en los ojos de los  talulos cuando me las cuenten con la voz que tanto echo de menos oir, delante de unas botellitas de vino, jamón y la fabada de mi madre que Laura viene exigiendo desde hace casi dos años. Esto es muy fuerte.Salgo en 5 minutos para el Port Olímpic.

Y vaya, queridos navegantes, tanto leeros y no se me ha pegado nada de vuestro estilazo escribiendo. Tendría yo la cabeza en otro sitio.