05.08.09 Ciao

5 agosto 2009 a las 16:18 | Publicado en Diario de a bordo | Deja un comentario
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Esperando que el térmico empezara a soplar, nos tomamos la mañana con calma. Yo aproveché para cocinar una salsa con champiñones, cebolla y jamón que horas más tarde, disfrutamos con una buena pasta al dente.
Con todo listo, levantamos ancla, apagamos a Constantino y enfocamos rumbo a Siracusa (Sicilia). Teníamos un buen viento del SW por lo que pudimos atangonar la génova y de paso, añorar aquellos días donde el tangón pasaba meses y meses preparado para la navegación y Talula era empujado por los vientos alisios.
Así pasamos todas las horas de sol, navegando a buen ritmo hacia el NE pero una vez cayó la noche y el rumbo ya era de Norte, el viento se fue y nosotros nos quedamos «medio agonizando» al SE de Sicilia. Sin viento pero con una corriente de medio nudo, Edgar podía aguantar el rumbo por lo que decidimos esperar. No teníamos prisa. Siracusa sólo estaba a 25 millas y teníamos toda la noche por delante. Pero horas después y cuando el oleaje aumentó considerablemente, Costantino empezó a trabajar hasta el amanecer, momento en el que entrábamos a la bahía de Siracusa y echábamos el ancla en medio del fondeo rodeado de otros barcos, los cuales, mecían y acunaban a sus ocupantes. Siracusa aún dormía.

31.07.2009 Lamentos y soluciones

31 julio 2009 a las 12:33 | Publicado en Diario de a bordo | Deja un comentario
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Ayer fue un día de gestiones, llamadas y soluciones.

Nos pasamos el día buscando guías náuticas y decidiendo que camino tomar para volver a España. Joan Antoni prefiere la ruta Sur: Túnez y Argelia y yo, la ruta WNW: Sicilia, Cerdeña y tal vez el Sur de Italia. Eso supone tomar una decisión antes de comprar la guía ya que no hay ninguna que abarque todo lo que deseamos y teniendo en cuenta que nuestra economía se verá seriamente afectada, cualquier compra habrá que pensársela dos veces. Más tarde y sin decidir aún nada, fuimos a buscar los recambios que tras una dura negociación por parte de Joan Antoni, logró conseguirlos a mitad de precio. Es increíble los precios tan abusivos que giran alrededor del mundo náutico y especialmente de ciertas marcas de las que en muchas ocasiones, no te queda más remedio que pasar por ellas. Con las piezas en la mochila y las dos guías náuticas (El Sr. Victor de la tienda me las dejó para que las trabajara por la noche y tomara una decisión), llegó el turno de las llamadas. La segunda, al administrador, fue lamentable. Impotencia, rabia y enfado es lo que sentimos. Después de la llamada, nos fuimos a tomar una cerveza. Era la máxima hora de calor y teníamos que coger fuerzas para desmontar y montar las nuevas piezas de Edgar. Manos a la obra y por sexta vez vaciamos el cofre de popa, sacamos el brazo de Edgar, Joan quitó las piezas, yo le pasé las nuevas y en cuestión de una hora, ya teníamos piloto automático funcionando perfectamente. 9 de la noche. Cierre de popa arreglado, el chivato de la conexión de 220V cambiado y un super filete delante nuestro como gran comida-merienda-cena que sería rematado con un super tiramisú que hice el día anterior. Casi finalizando la cena, nuestros vecinos nos ofrecieron sushi y yo acepté encantada. Así pues, sushi, filete y tiramisú hicieron que recuperáramos la alegría y cómo no, el tener a Edgar arreglado.

29.07.09 Edgar

29 julio 2009 a las 11:15 | Publicado en Diario de a bordo | Deja un comentario
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marina

Una vez más y en menos de dos semanas, vaciamos el cofre de popa por tercera o cuarta vez. Ya he perdido la cuenta. Desmontamos el brazo de Edgar. Con la cámara en mano, Joan empieza a “operarlo”. Rápidamente vemos el problema: los engranajes están gastados. Me voy a lavar ropa y poco después oigo a Joan Antoni renegar de la maldad de las cosas; ha perdido una arandela amarilla. Buscamos, removemos todo, vaciamos la aspiradora….nada. Sugiero la posibilidad de que se me enganchara en la planta del pie y que ahora pueda estar flotando ya que he estado trabajando con agua. Seguimos buscando como si no tuviéramos nada mejor que hacer. De repente, levanto mi brazo y está allí enganchada. Increíble la suerte que ha habido aunque Joan Antoni se empeña en acusarme de que la maldad está en mi y que la arandela hizo lo imposible para aferrarse y no perderse. Bromas del Jotita. Nos vamos a la búsqueda del recambio. Tarea difícil. Pasamos por una tienda de efectos náuticos. Nos informa dónde está el representante de Raymarine. Pregunto a una niña y nos acompaña a buscar el autobús que nos llevará a la terminal de Valetta para allí coger otro que nos dejará en Msida. Disfrutamos del viaje en estos autobuses antiguos y sofisticados. Divertidísimos. Me siento cómoda preguntando. La gente es amable. Todo es muy italiano. Llegamos y el recambio tardará 10 días en llegar. Imposible. Qué hacemos?. Nos vamos a la marina que hay en Msida y que es la más popular. La entrada no es muy afortunada pero poco a poco las cosas van cambiando y los señores que están allá nos ayudan. Encontramos una plaza para una semana. Biennnnnn!!!!. Aquí el precio es de 18E por día. Podremos visitar la isla. Ya más relajados, nos vamos a comer unas empanadas y volvemos al Talula. Están montando un escenario al lado del pantalán. Está noche habrá fiesta de barrio. Celebran San Lorenzo. Cenamos una pizza. Hay un hombre bastante borracho bailando. Nos mantiene entretenidos hasta que acaban echándolo. Paseamos y justo cuando decidimos irnos a dormir, acaba la fiesta. Perfecto. Mañana, cambiamos de marina y de isla.

27.07.2009 Problemes i recursos

27 julio 2009 a las 12:25 | Publicado en Diario de a bordo | Deja un comentario
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La navegació tranquil·la, aquella en la qual t’has de preocupar només del vent i les veles, es va acabar ahir a primera hora del matí amb un soroll de plàstics rossegats: l’Edgar, el pilot automàtic, ens indicava que alguna cosa no anava bé; efectivament, amb un increment dels «catacrecs», aviat va deixar de controlar la roda; probablement son els engranatges del braç; ja ens ha passat alguna vegada. Com que navegàvem amb un bon ventet, vam posar a punt en Hans, el pilot de vent, que no usàvem des de Sudan, el qual va prendre el comandament i ens va conduir fins les deu del vespre, moment en el qual es va acabar la brisa i, inherent a la seva natura, en Hans va deixar de funcionar. En aquest punt ens va tocar agafar la roda a nosaltres. Malgrat diuen que els navegants polinesis anaven a tot arreu orientant-se per les estrelles i sense pilot automàtic, aquesta és una tasca pesada, especialment quant l’has de fer de nit, sense referències i amb 100 milles per davant. Quant clarejà decidim usar el darrer recurs, l’Edgarito, el qual estava previst però encara mai havíem provat; consisteix en acoblar un pilot automàtic de canya al pilot de vent; es diu ràpid, però els ajustaments no ho són tant; sigui com sigui, després de traginar una mica, l’Edgarito pren el comandament!. Per celebrar-ho me’n vaig a visitar a n’en Jabsco, versió marinera d’en Roca, i descobreixo que ha deixat de funcionar!!!, no bombeja aigua; una vàlvula?, un «retén»?. Em sembla que a Malta estarem entretinguts.

08.04.2009 Les Bromes del Roig

8 abril 2009 a las 17:25 | Publicado en Diario de a bordo | Deja un comentario
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I, efectivament, la nit d’ahir la recordarem. Com dèiem, havíem sortit amb una previsió de poc vent per les properes 24 hores, però el fet que a la posta del sol aquest virés cap a nord i refresqués era mosquejant.
A les hores petites, i després de pujar i baixar d’intensitat diverses vegades, el que ens obligà a nombroses maniobres que anaven minant les nostres forces, es va instal·lar ja entre els 25 i els 35 nusos. Com de costum, el vent venia d’on nosaltres volíem anar, el que ens obligava a una constant successió de virades i el brutal onatge impedia que avancéssim gaire en la direcció desitjada.
Fins aquí, res de nou en aquestes aigües. Però aviat es van començar a complicar les coses: el balumero de la major va petar. En principi no és molt greu, però amb vents com els que teníem la baluma vibrava salvatgement i la vela patia. El vent va seguir pujant i vam decidir enrotllar gènova i treure la trinqueta castanyera. En una virada per esquivar un «llum», peta l’escota de la trinqueta (sembla impossible, però és cert!); això crea una confusió amb el consegüent flamejar de la major, la qual en un instant s’esquinça totalment de proa a popa. Tornem al bordo anterior i arriem la major com podem. Ens hem quedat sense el cor d’un veler: la vela major. No ens queda més remei que engegar en Constantino i ajudar-nos amb la trinqueta. Això ens crea una angoixa terrible; cap dels dos en parla, però tots dos pensem el mateix: hi ha un risc que el motor es pari, i de fet ja ens ha passat més d’un cop. El gas-oil, especialment en països càlids, fa una alga que acaba taponant els conductes; les onades xarboten al Talula sense compassió, pel que tota la porqueria acumulada en el dipòsit té moltes possibilitats de passar als conductes. Si se’ns para el motor, no tenim cap altra sortida que girar cua i, amb la gènova, tornar a Port Ghalib i allí resar perquè el capità del port accedeixi a enviar algun vaixell a remolcar-nos cap dins. Però sabem que la negativa es quasi segura, del que en dóna testimoni les restes d’un veler naufragat just a l’entrada d’aquest port fa cinc mesos (ja en veureu les fotos), quan intentaven remolcar-lo cap dins en una situació semblant. I si no podíem entrar allí cap on anàvem?, qui ens podia venir a remolcar per entrar en algun d’aquests llocs farcits de coral?; sense resposta. Vaja, que si es parava el motor, ja podíem anar traient la pols a la pòlissa de l’assegurança.
Amb tot això eren les 3 de la matinada i faltaven dos hores perquè es fes de dia. La Suri tremolava de por i, per primer cop en 4 anys, la vam deixar baixar a la cabina. El fondeig més proper era a Mina Safaga, a 20 milles de distància que serien unes 8 o 9 hores de lluita contra el mar. Tot i anar a motor, les onades ens impedien anar en línia recte i teníem que fer bordades, com si anéssim a vela. Quan es va fer de dia el vent ja ratllava els 40 nusos. El mar ens anava fent petites jugades per mantenir-nos l’adrenalina alta, com ara quant va arrancar 4 dels bidons de gas-oil i gasolina que anaven estibats sobre coberta: vam aconseguir recuperar-ne 3, l’altre va desaparèixer.
Les hores van anar passant i l’esgotament i la tensió creixent, però vam a aconseguir arribar a l’entrada de la badia de Mina Safaga on, finalment, podríem llançar l’ancora. Amb aquestes que veiem un parell de velers que surten de la badia, cosa totalment inexplicable amb aquell temps; els truquem per ràdio i ens diuen que els militars egipcis no els deixen fondejar en aquell indret!: els militars sempre veient què poden fer per ajudar als civils. No ens queda altre remei que continuar cap el nord i anar a cercar refugi a la següent badia; 10 milles més contra els elements de cara. Finalment, a les 3 de la tarda, aconseguíem entrar a Abu Soma i fondejar. Estàvem desfets, esgotats, encarcarats, destemplats, coberts de sal i jo amb diarrea d’origen nerviós, sense haver menjat ni begut res les darreres 20 hores, ni aclucat ull les darreres 30, però donant gràcies a n’en Constantino per haver salvat la situació i a l’Edgar per haver conduït el Talula amb ma ferma;jo no hauria pogut.
A les 4 ja estàvem dormint per recuperar forces després d’una de les nits més llargues de la nostra vida.

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